presentación del caso
La señora D., de 70 años, consulta a su médico de cabecera por dolor en el oído izquierdo y un zumbido persistente desde hace dos semanas. Su historial médico es complejo, incluyendo diabetes tipo 2, hipertensión arterial tratada con medicamentos, espondilosis cervical operada hace 10 años e insuficiencia renal crónica.
Primera consulta médica
Durante la primera consulta, el médico examina el oído externo y el tímpano sin observar ninguna anomalía aparente. Receta un tratamiento antiinflamatorio local para aliviar el dolor y pide al paciente que regrese al cabo de unos días si los síntomas persisten.
Seguimiento de los tratamientos prescritos.
A pesar del tratamiento local prescrito, la señora D. no observó ninguna mejoría significativa al cabo de varios días. Por lo tanto, volvió a ver a su médico, quien decidió añadir un tratamiento oral con corticoides durante una semana para intensificar la acción antiinflamatoria.
Aparición de nuevos síntomas neurológicos.
Durante las siguientes semanas, la señora D. notó no sólo que sus problemas otorrinolaringológicos persistían sino que también presentaba trastornos neurológicos progresivos: dificultad para coordinar sus movimientos, debilidad muscular y entumecimiento en los miembros inferiores. Vuelve a ver a su médico de cabecera, quien decide realizarle un escáner cerebral para buscar una posible causa central.
Resultados del escaneo cerebral
El escáner cerebral no muestra ninguna anomalía específica que pueda explicar los síntomas de la señora D., aparte de signos inespecíficos de atrofia cortical relacionada con la edad. El médico general se enfrenta por tanto a un dilema diagnóstico ante la persistencia de los síntomas otorrinolaringológicos y la aparición progresiva de trastornos neurológicos.
Decisión de hospitalización urgente
A los pocos días la señora D. presentó un empeoramiento repentino de sus síntomas con dificultad para hablar y tragar, además de parálisis facial derecha. Su médico de cabecera decidió entonces hospitalizarlo urgentemente para realizar más estudios y recibir tratamiento especializado.
Investigaciones realizadas durante la hospitalización.
Durante su hospitalización, la señora D. fue sometida a varios exámenes adicionales, incluido un electromiograma (EMG), que reveló una lesión difusa de los nervios periféricos compatible con una polineuropatía inflamatoria aguda (Guillain-Barré). Además, la resonancia magnética (MRI) cervical muestra la compresión de la médula espinal debido a una osteoartritis cervical preexistente.
Juicio de expertos sobre manejo e identificación de errores de diagnóstico.
El tratamiento de la señora D. estuvo marcado por varias dificultades diagnósticas relacionadas con la complejidad de su historia clínica y la aparición gradual de síntomas atípicos. El zumbido en los oídos, inicialmente atribuido a una inflamación local, fue en realidad un precursor de daños neurológicos más graves (ictus o Guillain-Barré).
Los errores de diagnóstico cometidos en este caso provocaron retrasos en el tratamiento adecuado, provocando graves secuelas para el paciente, que podría haberse beneficiado de un tratamiento específico antes si se hubieran realizado las investigaciones adecuadas desde el principio.
Este caso clínico resalta la importancia del diagnóstico rápido ante síntomas progresivos atípicos en una persona mayor con una historia clínica ocupada. También destaca la necesidad de que los médicos generales permanezcan atentos cuando aparecen nuevos síntomas y remitan rápidamente a sus pacientes a especialistas cuando sea necesario.